Intercambios

30/03/01, Andrea Mardones

Está muy linda su página. Estoy intentando hacer mi tesis sobre el tema de masculinidad. Soy chilena pero vivo en Ecuador, ya se imaginarán cómo será el machismo aquí, pues sí, ya creo que se imaginan. Me encantaría ver si ustedes pueden enviarme más información sobre la Masculinidad, necesito ver como estructura un buen marco teórico para después hacer trabajos con grupos de varones. Les envío un beso con sabor a café y gracias de antemano.

 

20/09/00, Amancay

Hola: Soy mujer por eso no escribí en ningún otro espacio que no fuera el e-mail para Intercambios, pero realmente es muy bueno lo que están haciendo. Me pregunto porque dividir lo que nos pasa a todos en géneros. El hecho de que puedan empezar a decirse entre ustedes los temas que para nosotras son esenciales no significa que no puedan compartir esos grupos con nosotras que si bien hace tiempo que hablamos de estas cosas las padecemos lo mismo que ustedes, con el mundo y con las relaciones con los demás.
Les deseo muchas suerte.

 

12/09/00, Luis Jose Kurz

Dia del Niño:
Con mi mujer nos despertamos temprano cargando sobre nosotros la trasnochada del dia anterior.
La consigna,agasajar a los chicos tenemos tres de edades diversas.
Preparamos un desayuno especial despertamos a la tribu y entre los regalos los juegos y la leche que se enfria transcurrio la mañana.
Se me ocurrio para cerrar un dia distinto llevar juguetes fuera de circulacion junto con el televisor color heredado del abuelo al Hospital de Niños.
Todos no enganchamos y aprovechamos para ordenar placares.
Partimos con la rural cargada de buenas intenciones y la exitacion por la sensacion de hacer algo lindo.
Al trasponer la puerta del hospital se entra en otra dimension a medida que caminabamos por los pasillos el peso sobre los hombros era cada vez mayor y la sensacion de falta de aire se hacia presente en cada uno de nosotros.
Nos mantuvimos muy juntos y el dialogo cambio de las palabras a las miradas.
El dia que habia empezado como una caricia se transformo de golpe en una bofetada.
El clima que se respiraba era de dolor y abandono.
Los peladitos,como los llamo mi hijo se acercaban para pedirnos juguetes,abrimos la bolsa,para que se lleven todo y como con verguenza se llevaban de a uno.
Entramos en una sala para dejar el televisor y el panorama era aun mas desolador pues en ese lugar ni siquiera podian caminar,un par de ojitos tristes,enfrentando la muerte nos miraban preguntandonos,porque a mi?
Encontramos gente acostumbrada a tratar con el dolor pero no por eso endurecida,gente humilde,rica en sentimientos con muchas ganas de dar.
No vimos ricos famosos o politicos. De los que manejan el poder,a nadie.
Yo que habia llegado con mis zapatillas blancas hasta el borde de la vereda para asomarme un poco nada mas,me encontre con que me empujaron y me embarre hasta las orejas.
Esto me dije es el costo social.
Salimos a la calle,parecia todo igual que antes,pero algo dentro de cada uno de nosotros habia cambiado.Fuimos al Shoping,eso era como Disneylandia gente linda cuerpos trabajados,buena ropa celulares,dolares en una vidriera,camionetas 4x4.
Esto me dije,esto es el primer mundo.
Hay que disociarse mucho para poder vivir en un pais con tamañas diferencias.Me gustaria ver a los dirigentes politicos y a los economistas salir de la "burbuja",que se embarren un poquito,y se animen a mirar a los ojos al "costo social"quizas una vez puedan sentir en la piel lo que es la verdadera necesidad,y entiendan que los exelentes planes economicos que ellos aplican son sobre seres humanos y no sobre numeros.

 

25/08/00, Julián.

El sueño del naufragio

Llegada la mañana encontró su sombra, como si nada, tirada en el sillón. El brillo del sol de otoño se arrastró hasta su cara y notó así su oscura nostalgia. La historia, ya sin tiempo, se escurría en cada sentimiento y otra vez cantaba el alma. Se levantó y miró a lo lejos la montaña, esta vez cubierta, casi toda, de nubes. Todo estaba más claro cerca del naufragio, y quizá pueda explicar, porqué esa mañana lloraban viejas almas.

Perdió algo de su amor?, le preguntó su vecino al salir de la casa. Tal vez, contestó, y siguió sin paso firme por un sendero incierto. Quizás había perdido todo lo que creía tener, y al llegar a la esquina, encontró mucho de lo que le horrorizaba ver. Lluvia, fuerte lluvia, otra vez lluvia en la ciudad. Allá en la tormenta rescató algunas cosas, y las llevó sin temor a cada paso. Se sentó bajo el árbol de la plaza, se sacó la ropa mojada, y vinieron a él viejas emociones que parecían no haber escapado nunca al olvido, ni siquiera habían perdido el miedo y la alegría. Siempre estuvieron junto a él; aunque nunca llegó a conocerlas bien.

Empezó a llorar, por poder acercarse sin poder escaparse. Pero después de tantas huídas, detuvo el silencio y el ruido de la lluvia y congeló sólo ese momento. Cerca de él y lejos del tiempo, echó a dormir el dolor de no tener consuelo y contempló el misterio. Entonces algo pudo ver, y soño la oscuridad y la claridad. Respiró, nada más, y se encontró tranquilo, sabio; esperando algo, tal vez nada. Simplemente sentado, cerca del naufragio.

 

18/08/00, Roberto.

He tenido oportunidad de participar de un grupo de hombres coordinado por Juan C. Kreimer, en el que hemos abordado el tema de la "nueva masculinidad durante más de tres años". Esta experiencia me ha brindado la posibilidad de aprender a ser un mejor hombre y me ha quedado como regalo adicional un grupo de amigos/hermanos. Aliento a todo hombre que tenga alguna inicial inquietud sobre este tema, a que haga el intento de ser participante.

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